El agua es el principal componente del cuerpo humano y ocupa aproximadamente un 60% del volumen corporal en personas adultas. Es esencial para vivir.
El cuerpo humano no almacena el agua, por lo que la cantidad que perdemos diariamente a través de la orina o el sudor debe volver a cubrirse. Ese es el principal motivo por el cual la hidratación es imprescindible para todas las personas, independientemente de su condición. Este concepto cobra mayor importante en las personas con diabetes.
Cuando los niveles de azúcar en sangre se encuentren más elevados (hiperglucemia) el cuerpo intenta compensar el exceso eliminándolo por la orina, con la correspondiente pérdida de líquidos que supone.
¿Sabes cómo mantenerte bien hidratado?
Para mantener una correcta hidratación se recomienda que el varón adulto ingiera 2,5L de agua a diario, distribuyendo la ingesta a lo largo del día. Aun así, estas necesidades son variables para cada persona: en función de la actividad física que realice, las condiciones ambientales, el patrón dietético, los hábitos tóxicos y los problemas de salud que padezca.
Además, circunstancias como la actividad y el ejercicio físico, el aumento de la temperatura ambiental o la diabetes descompensada incrementan las necesidades de líquidos del organismo.


¿Cómo podemos valorar nuestro nivel de hidratación?
Una buena manera de valorar el nivel de hidratación es mediante la coloración de la orina. Por lo tanto, cuanto más oscura es la orina, más deshidratado se encuentra tu cuerpo.
Pero también existen otros síntomas que te ayudarán a alertarte frente una deshidratación:
- ¿Tienes mucha sed?
- ¿Tu boca está reseca o pegajosa?
- ¿Sientes mareos o dolores de cabeza?
- ¿Estás cansado o fatigado?
- ¿Orinas muy poco o nada? ¿Además esta orina es de color amarillo oscuro?
- ¿Tienes la piel reseca o arrugada?
- ¿Te encuentras mal en general?
- ¿Notas que tu rendimiento físico e intelectual está disminuido?
Si notas estos síntomas es probable que puedas estar deshidratado. Ante esta situación puedes tomar con frecuencia pequeñas cantidades de líquido en lugar evitando ingerir grandes cantidades de una sola vez, ya que podría aumentar las náuseas y provocar el vómito. En el caso de las personas con diabetes, el agua es la mejor opción para rehidratarse puesto que no contiene azúcares adicionales.
Es importante evitar bebidas azucaradas como refrescos o zumos puesto que estas solamente empeorarían la situación al aumentar aún más los niveles de azúcar en sangre y a su vez la deshidratación.