Las comidas congeladas que habitan los refrigeradores de los supermercados han mejorado bastante en cuanto a calidad nutricional, sin embargo antes de comprarlas debemos tener en cuenta lo siguiente:
1. Comprueba en la información nutricional la cantidad de grasa y sodio que traen. Éstas no deben tener más de 30% de grasa, 10% de calorías de grasas saturadas y 200 mg de sodio por cada 100 calorías. Por ejemplo, la pizza que ves en la foto debe superar todas estas cifras, por lo que recomendamos descartarla de inmediato.
2. La mayoría de las comidas congeladas se basan en porciones pequeñas. Si tu plan alimentario dice que debes comer 1.500 calorías diarias, no es recomendable comer porciones que tengan menos de 400 calorías, ya que al poco tiempo te dará hambre y comerás más en la merienda.
3. Ojo con las frutas y verduras. Si bien muchas comidas congeladas las traen, sus porciones son reducidas y en algunos casos no superan la cucharada.
¿Podemos complementar las comidas congeladas?
¡Por supuesto que sí! Es más, es recomendable mejorarlas acompañándolas con ensaladas, verduras al vapor o frutas. Lo mejor es preparar tus propias comidas congeladas poniendo las sobras de comidas caseras en platos aptos para horno de microondas y respetando el tamaño de la porción.
Fuente: diabelife